Docentes y padres están preocupados por el estado de abandono de un terreno baldío contiguo que está repleto de pastizales y basura. Reclaman destinarlo para construir un playón multifunción.
La comunidad educativa de la escuela secundaria N° 18, de Ramos Mejía, reclama el desmalezamiento y la limpieza de un predio baldío perteneciente al colegio, frente a la preocupación por la alerta de dengue principalmente en esa zona del Distrito y en el que desde hace varios años se solicita la construcción de un playón de usos múltiples.
Según relató Natalia Hernández, delegada del SUTEBA de la EES N° 18, a El1 Digital, el terreno en cuestión está contiguo a un pasillo detrás de las aulas de la escuela, ubicada en Pizzurno 950, separado por un portón. “Es imposible verlo por la maleza y el pastizal, y porque se ha creado como un foco de infección ya que han tirado basura, escombros y hasta hay un esqueleto de un auto… es una concentración de bichos y ratas”, advirtió.
“Hay una alerta porque Ramos Mejía es uno de los focos de dengue de La Matanza y nosotros hace años que venimos con un reclamo insistente de limpieza de este predio y no tuvimos respuesta”, señaló la docente, que además recordó que del Municipio han ido “a intentar limpiar, pero se retiraron porque no tenían las herramientas para poder desmalezar”.
El requerimiento responde, también, a una necesidad pedagógica y de espacios del establecimiento, al que asisten 400 alumnos y que trabaja en articulación con la escuela especial N° 501. Es que los chicos no cuentan con un ámbito para practicar Educación Física y lo hacen “en un patio muy reducido donde hay vidrios y es de circulación constante del paso a las aulas”, aseguró Hernández.
En ese sentido, la delegada destacó: “Perdimos la Sala de Profesores, una Preceptoría, la Sala del Equipo de Orientación Escolar y, recientemente, el Laboratorio, porque venimos pidiendo desde hace tres años la construcción de cuatro aulas que nos faltan, además del playón multifunción que podría funcionar en ese espacio hermoso de tantos metros y que, hoy, está inutilizado y es una alerta para la salud”.
Asimismo, precisó: “Este año, tuvimos riesgo edilicio en un curso de 55 estudiantes”. Por eso, firmaron un acuerdo para que los chicos pudieran empezar las clases y asignarles el Laboratorio como aula provisoria, con la condición de que inicien rápido las obras necesarias. Así fue que se conformó una comisión de docentes y madres para el seguimiento del proyecto de infraestructura.
“Queremos recuperar este espacio para que sea utilizado por los pibes y pibas, pero, además para que deje de ser este foco de infección que ataca a la salud de toda la comunidad; por eso, exigimos que pronto esto se limpie para, después, recuperarlo con una obra que nos beneficie a todos”, manifestó Lorena, madre de una alumna de tercer año.
Fuente: El1Digital