“Esto es un acto que sale de nosotras, desde el corazón. Nos ayudan los amigos, la gente que nos conoce y que sabe que hacemos esto desde hace rato. De ahí sale nuestros sustento para los alimentos y la olla. Además, se les lleva algo caliente, como té o mate cocido”, comenzó el relato Farias, a El1.
El grupo se conforma con la ayuda de su padre, que se ocupa de la olla popular, y de otras mujeres que se dedican a lo dulce, para complementar la cena. Daniela va cada dos semanas a realizar cortes de pelo y emprolijar a las personas que no tienen la posibilidad de costear uno, y lo hace “con mucho cariño”.
La lectura, clave para alimentar la mente
Pero la actividad más reciente y novedosa es la impulsada por Virginia Vasches, bibliotecaria y docente que, junto a su equipo, compone la “bibliobolsa”: el primer lunes de cada mes, las mujeres llevan los libros y se realizan intercambios “como si fuera una biblioteca”. Entonces, se prestan los libros y, al mes siguiente, la persona lo devuelve, y se lleva otros.
“Es increíble cómo empiezan a surgir frases, o autores de su niñez. ‘Me acuerdo que leía a Cortázar’, ‘Mi mamá leía a Borges…’, son frases que comenzaron a florecer gracias a las chicas de la biblio, que incentivan esto. Estoy contenta de que llegue la lectura a todos los lugares. Que llegue a la calle, me parece fantástico”, compartió Gabriela, emocionada.
Aunque, por el momento, el grupo no recibe ropa, debido a las condiciones en las que se desarrolla la actividad, sí son bien recibidos los elementos pequeños y de fácil transporte, como medias, guantes, gorros y elementos de higiene personal. Para más información, es posible contactarse a través del 11-2639-0761 (Gabriela Farias).