“Aprendimos a gestionar en pandemia y ahora es todo más fácil”, señaló Torreta al referirse a la vuelta a las actividades sin mayores restricciones. En medio de los cierres estrictos, mantuvieron la ayuda social a dos becarios, a quienes ayudan a estudiar. Se trata de una joven de doce años de Rafael Castillo y un chico de Ramos Mejía, ex alumno de la Escuela N° 12 de San Justo.
Solidaridad que cruza las provincias
Torreta manifestó que colaboraron con el Club Mercedes de Corrientes para ayudar a las víctimas de los incendios, que azotaron la región en febrero pasado. El entrevistado agradeció la colaboración de la Droguería La Suiza por la entrega de medicamentos y a los veterinarios matanceros que ayudaron con insumos farmacológicos para animales.
Además, el Rotary contribuye con la asociación “Alas de Consumo y Armonía” de Rafael Castillo. Se trata de una entidad creada por tres matrimonios de Ramos Mejía y Castelar que compraron una propiedad para ofrecer talleres de tejeduría y huerta.
“El Rotary Club de Ramos Mejía le donó un televisor, una heladera, ropa y alimentos”, cuenta Torreta, al tiempo que destaca la continuidad de la colaboración junto a la Parroquia San Pablo. En la iglesia un grupo de mujeres prepara 130 viandas para repartir todos los viernes en la plaza de Avenida de Mayo y Rivadavia en Ramos Mejía. A la par de todas las tareas enumeradas, y a la espera de la renovación de autoridades en julio próximo, los rotarios inaugurarán su sede definitiva, gracias a la donación de un inmueble en Moreno al 500 de Ramos Mejía.
Fuente: El1Digital