El grupo de voluntarios que integra Manos a la Olla, que todos los jueves ofrece un plato de comida en el centro de Ramos Mejía, ha extendido su labor solidaria a Virrey del Pino, donde apadrina el Merendero Milagritos Meza, al que asiste no solo con mercadería sino con materiales de construcción.
En diálogo con POPULAR el coordinador de Manos a la Olla, Diego Gatto, señaló que «en Ramos hay cada vez más gente, y todo lo que preparamos se consume. Gracias al aporte de los voluntarios, nos vamos acomodando».
El menú que se ofrece es variado: guiso, arroz y fideos (combinados con pollo y carne), aunque en esta época del año apuestan a la comida fría, sumando ensaladas y salpicones. «También le agregamos facturas, chocolatada y café con leche», detalló Gatto.
El punto donde entregan la comida es Avenida de Mayo y Rivadavia, los jueves a las 21. «Es una cifra de 70, 80 personas la que se acerca, la gente va rotando, hay quienes son de la zona y otros que llegan desde lejos, y se forma una fila cuando empezamos a servir los platos», precisó el coordinador de Manos la Olla.
«También sumamos voluntarios, que acercan mercadería; acabamos de recibir la donación de 27 pollos, que junto con la carne son la más difícil de conseguir, y también agregamos a más cocineros», precisó.
En tanto, la entidad integrada mayoritariamente por vecinos de Ramos y San Justo comenzó a apadrinar al Merendero Milagritos Meza, ubicado a la altura del kilómetro 35 de la Ruta 3, en Virrey del Pino, una zona donde se registran frecuentes anegamientos, con el que viene colaborando con mercadería y ropa.
«Asiste a entre 50 y 60 chicos, y les brinda alimentos de acuerdo a la disponibilidad, de merendero, ya que reciben leche que entrega diariamente, se ha ido transformando en comedor, ante la creciente necesidad», precisó Gatto.
Las condiciones edilicias del lugar no son las mejores, y por eso Manos a la Olla se planteó el objetivo es levantar el piso, con la construcción de una carpeta de cemento, y de completar el techo.
Con ese objetivo están solicitando el aporte de cemento, cal, tirantes de pino, chapas onduladas de 3,5 metros y caños de termofusión, entre otros elementos.
«Tomamos la decisión -reveló Gatto- después de la última inundación que se registró en el merendero, donde perdieron todo, una situación realmente muy dolorosa. Reparar el edificio es un objetivo que nos propusimos cumplir, aportando nuestra experiencia en la organización Techos», puntualizó.
Por esa razón invitó a todos los que quieran ayudar a que se contacten con Manos a la Olla a través de su página de Facebook.
Fuente: Diario Popular (La Matanza)